Bienvenido a Nuestro Rincón de Padres
“BIENVENIDO A NUESTRO RINCÓN DE PADRES”
La más preocupante de todas las certezas, es que es mínimo, por no decir nulo, el tiempo y el espacio que los padres tienen para sus hijos. En la nostalgia de un pasado mucho más afectivo y aleccionador del círculo familiar, quedó acuñada la célebre frase de que la educación empezaba por casa.
¿Cuáles son las respuestas más comunes de los padres a los hijos ante inquietudes académicas o deberes por resolver? Tres a saber:
-No tengo tiempo. No tengo ni idea. Hoy no tengo cabeza para ayudarte. Traducido en “tengo suficientes problemas como para acabar de romperme el coco con los tuyos”.
Y cuando las dudas sin despejar se acumulan, viene la pérdida de la materia, y de varias materias y, como reacción en cadena, la deserción inmediata del estudiante. En los últimos años, dicho fenómeno se ha acrecentado considerablemente.
Pero una certeza ineludible flota en el imaginario colectivo: que solo por los derroteros de una buena educación, de una práctica y efectiva educación, es posible garantizar los cimientos y las fortalezas de un futuro digno, próspero y seguro para nuestros hijos (ahora que, tras la firma del Acuerdo del Gobierno con las Farc, se pregona con insistencia una paz estable y duradera).
“La Mala Educación”
Lo grave del asunto, que es de conocimiento de la colectividad, es que de todas las reformas que ha venido desarrollando el Estado en los últimos años, la más ausente y desprovista de atención es la de la Educación: el pensum académico en un momento decisivo de la historia nacional se sigue aplicando en su anacronismo, lentitud e inefectividad, y transcurre entre aulas cual paquidermo prehistórico.
Esto sin hacer énfasis en los sueldos irrisorios que cubre la nómina de los maestros públicos, y de la carencia de garantías, medios, espacios y herramientas para su desempeño. Es triste reconocer que algunos establecimientos educativos carezcan de servicios básicos como agua, electricidad, baños y techo.
Por su parte, en el sector privado, la educación ha sido tomada más como un negocio de alta rentabilidad, que como la instrucción y el aprendizaje de destrezas para consolidar un modelo óptimo de enseñanza en procura de cultivar y cimentar los objetivos a futuro del ser humano, desde la tierna infancia.
La incapacidad de pensamiento, análisis, raciocinio y lógica de los educandos, se remite al enorme vacío que hoy por hoy representa la inactividad del cerebro, la desmotivación para ejercitarlo y mantenerlo bien informado y actualizado.
Es importante subrayar que la tecnología, por más útil, rápida y aventajada para las actividades humanas, será alienante y perjudicial si se le desvincula del conocimiento y la sabiduría.